Desaprender la Guerra from Luis Guitarra on Vimeo.
Este domingo se celebran las elecciones al parlamento vasco (no pretendo dar la noticia), una vez más. Es curioso que el hastío de la sociedad respecto del politiqueo crezca proporcionalmente al número de elecciones −y, por ende, promesas no cumplidas− celebradas en Euskadi. Quizá sea porque la comunidad política padece desde hace años una tara, por lo visto, irreversible: las malas costumbres.
Una sociedad con tan poca −o ninguna− experiencia de democracia plena, una comunidad que literalmente no sabe lo que es vivir sin muertos; un pueblo que más allá de los enfrentamientos naturales del debate enriquecedor es forzado por líderes de diferentes siglas a polarizarse y posicionarse en puntos tan alejados entre sí como del raciocinio y del civismo. No es normal.
Es cierto que para conseguir una normalización social hay que reforzar y construir muchas pequeñas cosas, que no será una singular gran acción la que nos redima. Pero también es cierto que las pequeñas actuaciones deberán apuntar hacia una dirección, y no dirigir cada una hacia donde el corazón nos indique en su momento. Se puede y se debe axiomatizar la verdadera necesidad de fondo de este pueblo, y esa no es otra que la de hacer sociedad. La unión hace la fuerza; y todavía somos sordos a esa gran verdad.
Ya es hora de que desaprendamos las malas costumbres: más sinergia y menos disgregación, colaboración en lugar de ilegalización, valentía y no silencio, construir no destruir, y no dar carta blanca a los políticos tras las elecciones. Porque deben hacer sociedad, que para eso están.
* * *
Urteen ta ahaleginen gailur, porrota
patua balitz legez ezin geinkela goza
bihotzek, begiek, eskuek diraute orroka
ez al da alkar ulertzea herri honen boza?
Ezpatari luma zelan, ukabilari hitza.
Mendi magalak, arroila malkarrak, ei ziran sorkunde
herri normala izateko guk dogu-ta giltza
bihur dagigun Legebiltzarra geure erakunde.
Ibaiaren laztanak bultzetan dau errota
itsasoen aldarriak eragiten dau bitsa;
egin daigun zeozer, nekatuta gagoz-ta
politikarien berbeaz; hitzen kolore hitsa.
Olerkia: Sugandila
como si fuese nuestro destino el no poder disfrutar
corazones, ojos, manos sobreviven gritando
acaso este pueblo no desea la convivencia?
A la espada pluma, y al puño palabra.
Todo empezó en laderas de montaña y acantilados
convirtamos ahora el parlamento en nuestra institución
ya que en nuestras manos está normalizar este pueblo.
Las caricias del río mueven el molino
las proclamas de la mar provocan la espuma;
hagamos algo ante el hastío
de tanta cháchara política; palabras incoloras.
Poema y mala traducción al castellano: Sugandila